Piscina | Padel | Porches
| Patio | Palomar | Jardín
Una restauración hecha con mimo y sin estridencias en la que se han conservado las antiguas construcciones como el viejo pozo, el palomar, el patio empedrado y los porches.
De la
piscina son especiales su color de mar, su sabor a sal y la sensación de infinito que produce nadar mirando al valle y al fondo las montañas.
Hay también una
pista de padel
y una gran
terraza cubierta con ping-pong y dardos, todo en una finca de mas de 20.000 m2
llena de rincones con encanto.